Cerveza y tecnología, una apuesta con futuro de la mano cervezas Guadalquibeer

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Cerveza, ciencia y tecnología son tres cosas que llevan juntas de la mano desde hace ya unos cuantos años. Algún siglo incluso también.

Invenciones y modernidades como el horno de tambor para el tostado de las maltas, las máquinas de refrigerado o aparatos tan necesarios hoy en día como un refractómetro o el mismo microscopio, han formado y forman parte del ámbito de la cerveza y son una parte esencial en el buen hacer de la misma.

Vivimos además tiempos muy modernos y sobretodo muy dinámicos, donde la tecnología nos rodea y en su constante renovación e innovación nos obliga a veces a ir más rápido de lo que quisiéramos. Pero es esa tecnología la que a su vez nos facilita muchas cosas cotidianas y en el caso de la cerveza es la que nos facilita y nos asegura, en cierta medida, que podamos realizar un trabajo con las máximas garantías, de calidad y con las mayores comodidades posibles.

Hoy vamos a hablar un poco más sobre este tema con Beltrán Viguera, CEO y Brewmaster de cervezas Guadalquibeer, una pequeña cervecería ubicada en la localidad sevillana de Valencina de la Concepción.

C.A.M.- La primera pregunta Beltrán es casi de obligado cumplimiento. Por qué te adentraste en el mundo de la cerveza y cómo surgió el proyecto de Guadalquibeer?

B.V. – Unai, en primer lugar agradeceros la invitación de participar en esta entrevista, y ayudarnos a seguir dándonos a conocer en el panorama cervecero nacional. En segundo lugar, enviar un saludo, ánimo y mucha fuerza a todos los compañeros, que de forma directa o indirecta, están relacionados con el sector cervecero, y desear que todos y cada uno de nosotros salgamos airosos de esta crisis mundial que nos salpica.

Nos gusta mucho disfrutar de la buena compañía de familiares y amigos, y montar buenas reuniones.Entonces, decidimos hace ya unos cuatro años, crear una cerveza fácil de beber, pero con personalidad, que pudiéramos llevar a la boca en cada una de estas veladas amistosas.

Así fue como nació nuestra primera cerveza, Guadalquibeer Sevilla, una Cream Ale de trago fácil y muy refrescante. Inicialmente, realizamos como cerveceros nómadas un pequeñísimo lote orientado al consumo propio en nuestras reuniones, pero, cuando tuvimos el producto terminado en nuestras manos, decidimos, ¿por qué no?, ofrecérsela a bares y restaurantes de amigos que normalmente frecuentábamos.

El primer lote voló literalmente y decidimos continuar con producciones de mayor cantidad, viendo la buena aceptación que había tenido nuestra Cream Ale por parte del consumidor. Fuimos cerveceros nómadas poco menos de un año y medio, y viendo que la cosa iba a más, decidimos tirarnos a la piscina y convertirnos en productores, para así, aparte de aumentar en capacidad de producción, tener la posibilidad de desarrollar nuevos estilos y tener el control por completo de nuestras creaciones.

De esta manera fue como nos vimos envueltos en este proyecto familiar, al que tanta ilusión y esfuerzo le ponemos a diario desde hace ya un par de añitos. Tal y como lo cuento parece un juego, pero detrás ha habido mucha formación, lecturas, másteres y muchas consultas y cambio de impresiones con mis mentores y compañeros del sector

C.A.M.- Como ya hemos comentado en la introducción, cerveza y tecnología van juntas de la mano desde hace mucho tiempo, y ahora más que nunca. En vuestro caso, tecnológicamente hablando, de qué sistemas y equipos disponéis en la fábrica para cubrir todas vuestras necesidades con las mayores garantías posibles?

B.V.- Nosotros no queríamos ni filtrar, ni pasteurizar, por lo que obtendríamos un producto naturalmente vivo. A su vez, esto es Sevilla, el calor ambiental está muy presente gran parte del año, y podría afectar al producto terminado. Es por ello por lo que decidimos, desde el comienzo de montaje de nuestras instalaciones, invertir en un sistema isobárico tanto de fermentadores como de embotellado, evitando así la re-fermentación en botella, y permitir que la cerveza terminada entre lo más limpia posible.

De esta manera, sin olvidar que es un producto vivo y requiere de frío para su conservación, darle mayor estabilidad a la birra sin utilizar aditivos artificiales. Carbonatamos nuestras cervezas con el propio CO2 generado en la primera y única fermentación, y la maduramos y clarificamos, por la propia decantación en frío de la levadura en suspensión, en los mismos fermentadores.

Disponemos a su vez de un tren automático de embotellado que nos reduce casi a cero los niveles de oxígeno durante el trasvase de la cerveza desde el fermentador a la botella, eliminando casi por completo la oxidación de esta. ¡Una maravilla verla funcionar! Sabemos de la falta de espacio que tienen la mayoría de los bares, y que es inevitable que alguna caja duerma durante unos días a temperaturas de almacén, sin refrigerar, por lo que todo lo que ayude de forma natural a alargar la vida de nuestras cervezas, bienvenido sea. 


C.A.M.- He visto que también habéis incorporado recientemente un sistema de energía solar fotovoltaica para autoconsumo. Qué os llevó a hacer esta apuesta y qué resultado estáis obteniendo de ella?

B.V.- Siempre hemos estado, toda la familia, muy concienciados con el medio ambiente, y como he comentado antes, esto es Sevilla, y horas de luz no nos faltan. Entonces, en cuanto tuvimos la oportunidad de aprovechar toda esa energía renovable lo hicimos.

Cubrimos todo el techo de nuestra fábrica con paneles fotovoltaicos, que a día de hoy nos permiten ser prácticamente autosuficientes, energéticamente hablando, obteniendo toda la energía que necesitamos de forma totalmente respetuosa con el medioambiente. Se podría decir, que nuestras cervezas son 100% renovables.


C.A.M.- Pero lo que sin duda ha sido una revolución tecnológica en toda regla y ha causado una gran expectación entre el público que acudió a la reciente Feria del Aperitivo y la Cerveza Artesanal de la Provincia, ha sido KIME, vuestra nueva incorporación a la empresa. Cómo ha surgido esta iniciativa tan novedosa y cómo ha sido la reacción de la gente?

B.V. – No paramos nunca de inventar y de darle vueltas a la cabeza. Como siempre, entre risas, tuvimos la idea de crear un humanoide que sirviera cerveza. Acudimos a una empresa de robótica sevillana, y lo que comenzó como una broma acabó siendo el primer robot cervecero totalmente autónomo. Ya lo hemos puesto en marcha en un par de eventos y andamos liados con los últimos ajustes y retoques, para que cuando superemos esta pandemia y volvamos a la normalidad, podamos pasearlo para que todos puedan disfrutar de la primera cerveza
robótica.

El objetivo no es ni mucho menos sustituir a una persona en su puesto de trabajo, como mucha gente puede llegar a pensar, ya que en este caso, yo sigo teniendo que estar muy pendiente de la ‘’mascota’’ cambiándole los barriles a medida que se agotan y comprobando que todo vaya sobre ruedas, sino aumentar nuestra visibilidad y atraer la atención e interés de forma diferente del consumidor.

La verdad que hemos superado las expectativas con creces, y allá donde se presenta, consigue acaparar la curiosidad e interés de todos.

C.A.M.- Desde el punto de vista empresarial y tecnológico, qué esperáis que os aporte este novedoso sistema? Tenéis pensado mantenerlo y acudir con él a más ferias?

B.V. – Como te he comentado antes, lo que buscamos es marcar la diferencia. Pensamos que el mundo de la cerveza tiene que estar ligado a momentos agradables, simpáticos y risueños, y la nueva incorporación al equipo de Guadalquibeer , puede dejarte boquiabierto cuando compruebes que es capaz de servir dos cervezas de grifo a la vez, mientras te cuenta un chiste, o suelta alguna broma.

El robot ha costado un año de pruebas e I+D, ¿imaginas que dejamos de moverlo por más ferias y eventos después de tanto tiempo de trabajo? Estamos deseando volverlo a sacar de paseo, la verdad, es bastante gracioso ver vuestras caras de asombro cuando quien atiende es nuestro barman robótico.

C.A.M.- Guadalquibeer ya lleva funcionando un tiempo y asentándose en el sector hostelero sevillano y de otras provincias limítrofes, cómo está siendo la experiencia y la respuesta de la gente? Se están cumpliendo poco a poco vuestras expectativas?

B.V. – Como bien sabes, en este mundo jamás se para de aprender y de mejorar. No paramos de afinar más nuestras producciones, aplicando todas esas técnicas y conocimientos que diariamente interiorizamos y ponemos a prueba en nuestras instalaciones. Sabemos que vamos por buen camino ya que el consumidor final, que es el juez al que tienes que enamorar, cada vez nos demanda más.

En los bares y restaurantes donde puedes encontrar nuestras cervezas, cada vez tenemos más clientes fidelizados, y poquito a poco aumenta la rotación de Guadalquibeer en cada uno de ellos. A su vez, gracias al boca a boca, cada vez son más los que contactan con nosotros interesados en trabajar con nuestras referencias.Por otro lado, el número de cerveceros nómadas interesados en producir sus cervezas en nuestras instalaciones, va en aumento.

Todo ello nos ha empujado a multiplicar por dos la capacidad de producción y ya vienen en camino otros dos fermentadores de 2000L, haciendo un total de cuatro. Todas estas señales nos indican que se están haciendo las cosas bien, por lo que estamos muy contentos por no parar de cumplir todas las expectativas y objetivos que nos proponemos.

C.A.M.- Por último una pregunta obligada en estos días tan complicados. Cómo ves el panorama cervecero actual y qué consecuencias crees que va a tener esta nueva crisis que se avecina para el sector cervecero artesanal y de los pequeños productores?

B.V. – Creo que el sector cervecero artesanal iba por un buenísimo camino y evolución, y que la gente cada vez se interesaba y valoraba más las producciones de cerveza naturales de autor. Ese interés y sed de cervezas producidas de calidad no va a cambiar. Lo que sí que cambiará será la forma de disfrutarla. Los bares y restaurantes, por desgracia, están sufriendo un parón en su actividad que no olvidarán, ni ellos ni nosotros, jamás, y espero que puedan volver a la normalidad en la brevedad posible ya que ellos, en gran parte, son los encargados de representar y ofrecer las producciones de cada una de las fábricas repartidas por todo el territorio.

El cervecero, sigue consumiendo, pero desde casa. Me ha sorprendido gratamente la respuesta que están teniendo los particulares en cuanto al apoyo que están demostrando a nuestro sector, haciendo que, diariamente, haya un magnífico flujo de pedidos de cerveza fresca directa de fábrica a sus casas. Creo que son tiempos de ser fuertes, resistir y reinventarse.

Buscar nuevas vías de escape para el producto, ya que, como he comentado antes, el consumidor final sigue teniendo sed. Estoy seguro que la vuelta a la normalidad será lenta, desconfiada y dura, pero estoy seguro que con buenas ideas, optimismo y buenos productos, podremos salir de esta tan solo con algunos rasguños, y retomar y alcanzar con más energía, aún si cabe, la situación en la que nos encontrábamos antes de esta pandemia inesperada, que se ha plantado en las puertas de nuestras casas de la noche a la mañana.

Concienciados como estábamos con el cuidado del medio ambiente, este parón creo que va a reforzar y a estimular el consumo de lo natural y de cercanía. ¡Veamos el vaso medio lleno!

Muchísimas gracias Beltrán por compartir vuestro proyecto, vuestra filosofía y tu experiencia con todos nosotros, sin duda alguna os deseamos y os auguramos un gran futuro cervecero por delante, que no haga más que confirmar esta gran trayectoria conseguida hasta ahora, y espero que muy pronto podamos conocer en persona a KIME y tomarnos una buena cerveza con él y contigo. Cuidaros mucho, ánimo para estos momentos tan complicados y hasta pronto.